Entrenamiento deportivo Según García Manso, 1996
“Proceso en el cual el deportista es sometido a cargas conocidas y planificadas, que provocan en él una fatiga controlada (estímulo estresante) que tras los correspondientes procesos de recuperación permiten alcanzar unos niveles superiores de rendimiento de forma estable y específica a la disciplina deportiva en cuestión (adaptación)”
ADAPTACIÓN: “capacidad que tienen los seres vivos para resistir las condiciones del medio ambiente, ajustándose a él” (Platonov, 1991)
“Cambio relativamente duradero que sigue al entrenamiento, capacitando al organismo para responder mejor a estímulos posteriores producidos por el ejercicio físico” (Álvarez del Villar, 1992)
Los
requisitos para que se produzca la adaptación según Mora Vicente
(1995) son:
-
Existencia
de un estado estable previo
-
Aparición
de una situación estresante (Estimulo) que desequilibre el estado
estable del organismo (homeostasis)
-
Reajuste
del organismo para devolver ese estado de reequilibrio al organismo…
pero ahora en valores superiores a los iniciales.
Según
Padial, 2007, existen dos tipos de adaptación:
Adaptaciones específicas
Son
aquellas que se producen en el músculo u órgano que se esté
trabajando:
Pueden
ser adaptaciones inmediatas
(de carácter metabólico, son las reacciones iniciales del organismo
antes el estrés causado por el esfuerzo); o adaptaciones a
largo plazo
(provocan modificaciones morfológicas y funcionales estables que
permiten un incremento de la capacidad de trabajo como consecuencia
de acciones repetidas).
Adaptaciones
de carácter metabólico: inmediatas tras ejercicio, no permanentes.
Adaptaciones
morfológicas y funcionales: largo plazo, ejercicio continuado,
permanentes.
Adaptaciones generales o inespecíficas.
Se
producen en todo el organismo
Se
trata de adaptaciones de carácter hormonal, son adaptaciones muy
relacionadas con el Síndrome General de Adaptación (SGA).
Seyle
(1955) investigó sobre las reacciones generales del organismo
ante cualquier estímulo independientemente de su naturaleza
(estímulos térmicos, infecciosos, traumáticos o ejercicio físico).
El Síndrome General de Adaptación (SGA) de Selye (1955) consiste en
un conjunto de respuestas funcionales adaptativas e inespecíficas
del organismo ante cualquier estimulo agresor o situación de estrés
(una carga de entrenamiento) que altera tu equilibrio homeostático,
y se divide en tres fases:
-
Fase
de estrés o de alarma: en esta fase tu cuerpo percibe el estrés
o la carga de entrenamiento que le estés aplicando, por
consiguiente el organismo empezará a desarrollar una serie de
alteraciones de origen fisiológico y psicológico, controladas por
el sistema nervioso simpático, que lo predispondrán para
enfrentarse a dicha carga. La aparición de estos síntomas estará
determinada por varios factores: el grado de amenaza percibido, el
control sobre el estímulo, los factores ambientales o los
parámetros físicos.
Dentro
de la fase de alarma se distinguen dos subfases:
-
Subfase
de choque: se representa por la respuesta inicial del organismo
ante la aparición del estímulo y por la ruptura de la homeostasis,
disminuyendo tu capacidad funcional.
-
Subfase
de antichoque: el organismo contrarresta el estímulo y
establece su equilibrio interno superando los niveles iniciales, es
decir, aumenta tu capacidad funcional por encima de los niveles
iniciales.
-
Fase
de resistencia (adaptación): esta fase hace referencia a la
adaptación de nuestro cuerpo a la carga de entrenamiento. En esta
fase de adaptación se desarrollan conjuntamente procesos
emocionales, cognitivos y fisiológicos. Ante la persistencia de los
estímulos, el organismo supera el equilibrio inicial, adaptándose
y adquiriendo un estado de resistencia superior al de la fase de
alarma, aumentando tu rendimiento). El organismo controla el
estímulo hasta que agota su energía de adaptación, produciéndose
agotamiento si el estímulo no cesa (sobre entrenamiento), o
adaptación si el estímulo cesa (descanso).
-
Fase
de agotamiento (fatiga): cuando tus mecanismos de adaptación no
resultan eficaces (por agotar todas tus reservas energéticas o por
no haber descansado correctamente a nivel muscular o psicológico),
es decir, si la anterior fase de resistencia fracasa, los trastornos
comportamentales, psicológicos, cognitivos y fisiológicos tendrán
mayores probabilidades de volverse crónicos.
LEYES
de la ADAPTACIÓN:
1.
Síndrome General de Adaptación (SGA) (Visto anteriormente)
2.
Ley de la Supercompesación.
3. Ley del Umbral o Principio de
intensidad óptima del Estímulo.
SGA
“Conjunto
de respuestas funcionales adaptativas inespecíficas que
produce el organismo ante cualquier estímulo agresor (ejercicio
físico o no)”;
Ejemplos: hipoxia,
gripe, enfermedad…
Fases:
A. Fase
de reacción-alarma: choque y antichoque
B. Fase de
Resistencia al estímulo
C. Fase de agotamiento: conlleva
extenuación o enfermedad.
Ley de supercompesación
“Respuesta
adaptativa específica que produce el organismo ante cierto
estímulo agresor / estresante (ejercicio físico)”
“Se
debe aprovechar este momento para aplicar nuevo estímulo con el fin
de que la adaptación se haga estable”
Importante:
-
Conocer
el estímulo que provoca la adaptación
-
Conocer
tiempos de recuperación pues la Supercompensación se da ahí.
-
Cuánto
tiempo se mantienen elevados los niveles iniciales.
Ley
del Umbral o Principio de intensidad óptima del Estímulo
Para
inducir el proceso de supercompensación se requiere la aplicación
de un estímulo de entrenamiento óptimo. El principio de
Sobrecarga, conocido como la Ley de Shultz-Arnold, establece un
umbral para el estímulo de entrenamiento. Un estímulo de
entrenamiento de magnitud inferior al umbral no induce la
suficiente ruptura de la homeostasis necesaria para provocar una
respuesta de adaptación. Un estímulo de entrenamiento excesivo
puede superar el límite de tolerancia del deportista. La
repetición de estímulos que superan el límite de tolerancia
puede provocar un estado de sobreentrenamiento.
La
determinación del estímulo óptimo de entrenamiento es la tarea
más compleja a la que se enfrenta el entrenador. Cada deportista
tiene para cada momento y sistema morfofuncional un umbral de
adaptación, que podemos definir como la capacidad del individuo o
desarrollada por el entrenamiento que va a condicionar el grado de
intensidad del estímulo necesario para inducir el proceso de
supercompensación.
La
adaptación se produce por la asimilación de estímulos óptimos,
es decir, aquellos situados entre el umbral de estimulación
(mínimo) y el umbral de máxima tolerancia (máximo).