La selección de
deportistas de alto nivel radica en la demostración competencial del
deportista de habilidades psicológicas adecuadamente aplicadas.
El psicólogo del
deporte estudiará las distintas variables psicológicas que influyen
en el rendimiento deportivo, aplicando instrumentos y herramientas
psicológicas que arrojen datos susceptibles de ser analizados.
Cada variable ha de
ser analizada tanto individual como colectivamente con el objeto de
determinar el grado y tipo de intervención que ha de programarse.
Ha de evaluarse el
componente motivacional para conocer el tipo de motivación, su grado
de intensidad durante las tareas deportivas, su dirección, en
definitiva, hacia qué meta va dirigido el esfuerzo, su persistencia
en el esfuerzo para la consecución de la meta.
Motivación: es un
proceso psicofisiológico responsable de la necesidad o el deseo, que
dinamiza la conducta dirigiéndola hacia una meta.
También, habrá que
analizar la autoconfianza, lo que nos permitirá conocer el grado de
certeza que posee el deportista de lograr el éxito, se considera a
esta variable como predictora del rendimiento.
Además, la atención
– concentración del deportista, comprobando el grado de ajuste de
interacción con el entorno deportivo. Atendiendo al proceso de
concentración.
Otra variable sería
el control emocional, analizando si controla el enfado, el miedo, los
imprevistos o adversidades mientras afronta los entrenamientos o la
competición, o ambos.
El control de
activación, sobre todo precompetitivamente, con el fin de determinar
la necesidad de la ayuda psicológica.
La capacidad de
esfuerzo del deportista para afrontar los entrenamientos y la
competición, reparando en su actitud y en su capacidad de volición.
Todas estas
variables psicológicas una vez evaluadas permiten identificar y
seleccionar a deportistas de alto nivel en virtud de sus habilidades
psicológicas.
1 Poder aprender
(estabilidad emocional y entorno facilitador)
Las cualidades
extraordinarias para asimilar aprendizajes deportivos albergadas por
un deportista de alto nivel, implican a las psicológicas que pueden
ser aprendidas, entrenadas, mejorarlas y mantenerlas.
Los deportistas de
alto nivel disponen de requisitos físicos y psicológicos necesarios
para alcanzar un rendimiento extraordinario. Sin embargo, la
estabilidad emocional ha de ser cuidada, ya que fluctúa en el tiempo
según los acontecimientos vitales soportados por el deportista.
Además, se necesita
un entorno facilitador del potencial deportivo.
En definitiva, para
poder aprender es necesario estabilidad emocional y un entorno,
inmediato, facilitador o no perjudicial del rendimiento.
2 Querer aprender
(claridad de objetivos y compromiso con el programa de entrenamiento)
Segundo escalón de
la pirámide según Pep Marí.
La claridad en el
establecimiento de objetivos supone una herramienta útil a la hora
de decidir por parte del deportista si quiere o no quiere asumir el
reto de trabajar duramente en la consecución de unos objetivos y
comprometerse con el programa de entrenamiento para poder lograrlo.
Muchos deportistas
jóvenes no acceden al alto nivel por su complacencia con lo que que
ya saben hacer, no adquiriendo ningún compromiso, ni esfuerzo, ni
atención en trabajar para mejorar o aprender nuevas habilidades.
El desarrollo de
compromiso con el programa de entrenamiento es un deber sobre el que
incidir en los deportistas permeables al aprendizaje y la mejora.
Por otro lado, el
uso de estrategias de adherencia al entrenamiento y compromiso suelen
ser útiles en el caso de aquellos cuyo grado de compromiso es bajo.
Para ser mejor cada
día, hay que querer serlo, marcarse objetivos diarios, relevantes y
específicos, centrándose en alcanzarlos, asumiendo el mayor
compromiso permite serlo. Esto supone, sin embargo, estar muy seguro
de que lo que se quiere alcanzar ha de hacerse por uno mismo, aunque
no exista garantía de éxito.
Orlik (2009): “la
excelencia en cualquier campo depende en gran medida de saber a dónde
quieres ir (tener una visión), querer llegar allí (asumir un
compromiso), creer en tu capacidad para llegar al destino (creer en
tu capacidad: autoconfianza), y fundirte y ser uno con el paso que
tienen que dar (estar completamente centrado y entregado)”. “Acepta
consejos, haz preguntas, escucha, admite errores y corrígelos sin
excusas, y demuestra que sigues queriendo aprender”.
2 CRITERIOS PSICOLÓGICOS EN LA SELECCIÓN DE DEPORTISTAS DE ALTO
NIVEL
La selección de
deportistas de alto nivel radica en la demostración competencial del
deportista de habilidades psicológicas adecuadamente aplicadas.
El psicólogo del
deporte estudiará las distintas variables psicológicas que influyen
en el rendimiento deportivo, aplicando instrumentos y herramientas
psicológicas que arrojen datos susceptibles de ser analizados.
Cada variable ha de
ser analizada tanto individual como colectivamente con el objeto de
determinar el grado y tipo de intervención que ha de programarse.
Ha de evaluarse el
componente motivacional para conocer el tipo de motivación, su grado
de intensidad durante las tareas deportivas, su dirección, en
definitiva, hacia qué meta va dirigido el esfuerzo, su persistencia
en el esfuerzo para la consecución de la meta.
Motivación: es un
proceso psicofisiológico responsable de la necesidad o el deseo, que
dinamiza la conducta dirigiéndola hacia una meta.
También, habrá que
analizar la autoconfianza, lo que nos permitirá conocer el grado de
certeza que posee el deportista de lograr el éxito, se considera a
esta variable como predictora del rendimiento.
Además, la atención
– concentración del deportista, comprobando el grado de ajuste de
interacción con el entorno deportivo. Atendiendo al proceso de
concentración.
Otra variable sería
el control emocional, analizando si controla el enfado, el miedo, los
imprevistos o adversidades mientras afronta los entrenamientos o la
competición, o ambos.
El control de
activación, sobre todo precompetitivamente, con el fin de determinar
la necesidad de la ayuda psicológica.
La capacidad de
esfuerzo del deportista para afrontar los entrenamientos y la
competición, reparando en su actitud y en su capacidad de volición.
Todas estas
variables psicológicas una vez evaluadas permiten identificar y
seleccionar a deportistas de alto nivel en virtud de sus habilidades
psicológicas.
1 Poder aprender
(estabilidad emocional y entorno facilitador)
Las cualidades
extraordinarias para asimilar aprendizajes deportivos albergadas por
un deportista de alto nivel, implican a las psicológicas que pueden
ser aprendidas, entrenadas, mejorarlas y mantenerlas.
Los deportistas de
alto nivel disponen de requisitos físicos y psicológicos necesarios
para alcanzar un rendimiento extraordinario. Sin embargo, la
estabilidad emocional ha de ser cuidada, ya que fluctúa en el tiempo
según los acontecimientos vitales soportados por el deportista.
Además, se necesita
un entorno facilitador del potencial deportivo.
En definitiva, para
poder aprender es necesario estabilidad emocional y un entorno,
inmediato, facilitador o no perjudicial del rendimiento.
2 Querer aprender
(claridad de objetivos y compromiso con el programa de entrenamiento)
Segundo escalón de
la pirámide según Pep Marí.
La claridad en el
establecimiento de objetivos supone una herramienta útil a la hora
de decidir por parte del deportista si quiere o no quiere asumir el
reto de trabajar duramente en la consecución de unos objetivos y
comprometerse con el programa de entrenamiento para poder lograrlo.
Muchos deportistas
jóvenes no acceden al alto nivel por su complacencia con lo que que
ya saben hacer, no adquiriendo ningún compromiso, ni esfuerzo, ni
atención en trabajar para mejorar o aprender nuevas habilidades.
El desarrollo de
compromiso con el programa de entrenamiento es un deber sobre el que
incidir en los deportistas permeables al aprendizaje y la mejora.
Por otro lado, el
uso de estrategias de adherencia al entrenamiento y compromiso suelen
ser útiles en el caso de aquellos cuyo grado de compromiso es bajo.
Para ser mejor cada
día, hay que querer serlo, marcarse objetivos diarios, relevantes y
específicos, centrándose en alcanzarlos, asumiendo el mayor
compromiso permite serlo. Esto supone, sin embargo, estar muy seguro
de que lo que se quiere alcanzar ha de hacerse por uno mismo, aunque
no exista garantía de éxito.
Orlik (2009): “la
excelencia en cualquier campo depende en gran medida de saber a dónde
quieres ir (tener una visión), querer llegar allí (asumir un
compromiso), creer en tu capacidad para llegar al destino (creer en
tu capacidad: autoconfianza), y fundirte y ser uno con el paso que
tienen que dar (estar completamente centrado y entregado)”. “Acepta
consejos, haz preguntas, escucha, admite errores y corrígelos sin
excusas, y demuestra que sigues queriendo aprender”.