IDENTIFICACIÓN
DEL PERFIL PSICOLÓGICO DE LOS DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL
Estabilidad
anímica
Claridad de
objetivos.
Compromiso con
el programa de entrenamiento.
Análisis del
error.
El perfil iceberg se
caracteriza por una serie de puntuaciones determinadas en los seis
estados que considera el modelo de salud mental (MSM):
Tensión
Vigor
Fatiga
Cólera
Confusión
Depresión
Los deportistas con
elevadas puntuaciones en el estado de vigor y bajas en los restantes
dispondrían de un estado de ánimo que les permitiría incrementar
la probabilidad de lograr un mejor rendimiento deportivo.
Morgan observó que
los deportistas de mayor éxito obtenían un perfil de estados de
ánimo más saludables que aquellos menos exitosos o el de una
población de control.
Lane y Terry (2005)
establecen niveles elevados de depresión asociados con aumentos de
ira, tensión, confusión y fatiga, unido a una reducción del vigor.
Los niveles aumentados de estados de ánimo negativos ejercen un
efecto debilitante sobre el rendimiento, al contrario, en el caso del
vigor suponen un efecto facilitador del mismo.
La fatiga y la
confusión también suponen un debilitante del rendimiento.
La ira y la tensión,
en ausencia de depresión, pueden ser facilitadores del rendimiento,
aunque en demasía el rendimiento decrece.
Se puede señalar,
acorde con los modelos conceptuales de la psicología básica sobre
la dinámica motivacional y emocional humana, es que las emociones
experimentadas en situaciones de rendimiento, y tanto
cualitativamente como en relación con sus diferentes dimensiones o
parámetros, están vinculados con factores motivacionales que se ven
afectados por la propia actividad desempeñada y sus resultados
(Cantón y Checa, 2012).
Entorno inmediato facilitador del rendimiento.
Entorno inmediato facilitador del rendimiento.
Además de la
familia y la figura del entrenador mencionaremos el equipo al que
pertenece, el club, la federación, patrocinadores , representantes,
medios de comunicación, seguidores, el público.
Por tanto, una de
las fuentes que permiten un mayor rendimiento al deportista parte de
aspectos psicosociales, derivados de las interacciones sociales a las
que se ve sometido.
La efectividad del
apoyo social para la mejora del rendimiento deportivo depende de la
disponibilidad de los recursos interpersonales percibidos.
Se ha demostrado que
las personas están directamente involucradas en el bienestar del
deportista son particularmente importantes proveedores de apoyo
emocional y pro tanto pueden ser facilitadores de rendimiento
inmediato (Martín Portugués, 2005)
El establecimiento
de unos objetivos claros es una de las primeras fases de la
planificación deportiva para mejorar así el rendimiento del
deportista.
La determinación de
los objetivos más propicios en cada momento puede obedecer a las
siguientes subfases (Buceta,1998):
- Delimitación del periodo de tiempo que es objeto de planificación: sujeto a la temporalidad del evento a preparar.
- Consideración de las competiciones a afrontar: las demandas competitivas han de tenerse en cuenta ya que varían de unos deportes a otros a la hora de marcarse objetivos.
- Valoración de las posibilidades de éxito de los deportistas: la evaluación de las posibilidades de consecución de los resultados esperados.
- Establecimiento de objetivos de resultado: la elección del resultado deportivo a lograr, han de ser específicos, atractivos y realistas.
- Planteamiento de objetivos de realización: referidos a los logros relacionados con la conducta propia que los deportistas han de conseguir para incrementar la probabilidad de alcance de sus objetivos.
Dependiendo de su
autoconfianza (grado de certeza en consonancia con experiencias
anteriores, que el deportista posee respecto a su habilidad para
alcanzar el éxito (Dosil,2004)), que posea el deportista, de como de
claros sean sus objetivos o metas, afectarán al rendimiento.
Aquellos deportistas
con baja autoeficacia pueden desanimarse fácilmente ante el fracaso,
mientras que otras que están convencidas de sus capacidades
intensifican su esfuerzo por conseguir sus objetivos marcados (Dosil,
2004).
El compromiso se
demuestra cuando las cosas no van bien.
La adherencia al
entrenamiento se refiere al grado de cumplimento de las tareas por
parte de los deportistas consustanciales al entrenamiento, tales
como:
- Asistencia y puntualidad a las diferentes actividades.
- Realización de todo aquello que está incluido en el plan de preparación.
- Aportación del esfuerzo físico y mental, necesario para conseguir el máximo aprovechamiento.
Es obvio que la
falta de compromiso en el entrenamiento repercute en la falta de
rendimiento, sin embargo, un exceso del mismo puede afectar en el
mismo sentido.
Los esfuerzos para
que el compromiso en el entrenamiento sea el adecuado han de ir en
dirección de los siguientes objetivos:
- Desarrollo de la motivación básica
- Fortalecimiento de la motivación cotidiana.
- Control de las situaciones estresantes en el entrenamiento.
- Control de planteamientos y reglas de funcionamiento relacionados específicamente con la adherencia.
Hull, en su teoría
del drive, sostiene que en los deportistas jóvenes, que están
adquiriendo habilidades y cuya fuerza del hábito es el error, al
aumentar el arousal (respuesta inmediata del organismo a nuevos
estímulos o inputs (Hardy, Jones y Gould, 1996), se incrementan los
errores en la ejecución, mientras tanto en los deportistas de élite,
cuya fuerza del hábito es el acierto, con el aumento de la
activación aumenta el rendimiento.
Las reacciones de
los deportistas suelen presentar un mismo patrón.
Cuando la
competición o los resultados han sido buenos, el estado en el que se
encuentran es de euforia y alegría.
Cuando existen
errores y la competición o el entrenamiento no han sido buenos
entonces presentan tristeza y apatía. No han de realizarse críticas,
habrá que esperar para hacer observaciones toda vez que las
emociones y vivencias del evento no sean tan próximas.
Si se sufre una
derrota a pesar de una buena actuación se ha de enfatizar el
esfuerzo y el rendimiento realizados.
Si se sufre una
derrota con una mala actuación se ha de enfatizar sobre la mejora
física, técnica, táctica o psicológica en una charla corta
(Dosil, 2004).
Tras la competición
o el entrenamiento, el deportista habrá de realizar un plan personal
debido a la importancia de analizar los errores cometidos. Se
distinguen 3 fases:
- Recuperación física y mental
- No han de analizarse los errores sino volver a la calma física y mental.
- Autorregistro de la competición.
- Se realizan las primeras reflexiones.
- Comenzando por el registro de los aspectos más importantes que hayan podido causar los errores: problemas antes de la competición, condiciones no ideales, pérdida del enfoque durante la competición, pobre comienzo, retraso al comenzar, etc.
- Balance general y aprendizaje para el futuro
- Momento para profundizar en lo ocurrido, se pretende realizar un análisis crítico para distinguir los aciertos y los errores.
Heider propuso el
modelo de atribución básico en el que los resultados se atribuyen
internamente a la persona o externamente, fuerza personal o ambiental
respectivamente.
- La fuerza personal está compuesta por los factores de capacidad y esfuerzo.
- La fuerza ambiental está compuesta por los factores de dificultad de la tarea y la suerte.
Weiner, reestructura
el modelo de Heider en dos dimensiones: estabilidad y locus de
control.
- La estabilidad está compuesta por atributos estables e inestables.
- El locus de control está compuesto por locus interno y externo.
Los deportistas que
poseen locus de control interno tienden a creer que sus conductas
influyen en los resultados.
Los deportistas que
poseen locus de control externo atribuyen sus resultados a fuerzas
externas, como el destino, el azar y otras personas.
Posteriormente,
Weiner, incorpora los cuatro factores de Heider: esfuerzo, habilidad,
dificultad de la tarea y suerte.
Clasifica a la
capacidad como interna y estable, el esfuerzo como interno e
inestable, la dificultad de la tarea como externa y estable y la
suerte como externa e inestable.
Prevé que en
general las personas atribuyen sus éxitos y fracasos a uno de los
cuatro factores.
Más adelante,
Weiner, añade una tercera dimensión, denominada contrabilidad,
referida a si un resultado se percibe como controlable o
incontrolable, finalmente la denomina locus de causalidad.
Las atribuciones que
los deportistas hacen en respuesta al éxito o al fracaso están
ligadas con sus sentimientos de autoestima y autoconfianza.
Los individuos con
baja autoestima tienen más probabilidades de internalizar un fracaso
y responder con emociones negativas, tienden a asignar sus derrotas a
sus capacidades internas y las victorias a factores externos como la
suerte o la escasa dificultad de la prueba.
La atribución de
todos los éxitos a causas internas se denomina estrategia de mejora
del yo.
La atribución de
todos los fracasos a causas externas se denomina estrategia
protectora del yo.
MODELO
ATRIBUCIONAL BÁSICO
|
||
HEIDER
|
||
FUERZA
PERSONAL
|
FUERZA
AMBIENTAL
|
|
CAPACIDAD
(HABILIDAD)
|
DIFICULTAD
DE LA TAREA
|
|
ESFUERZO
|
SUERTE
|
|
WEINER
|
||
ESTABILIDAD
|
LOCUS
DE CONTROL
|
LOCUS
DE CAUSALIDAD
|
ATRIBUTOS
ESTABLES
|
LOCUS
INTERNO
|
RESULTADO
CONTROLABLE
|
ATRIBUTOS
INESTABLES
|
LOCUS
EXTERNO
|
RESULTADO
INCONTROLABLE
|
INTERNO
|
EXTERNO
|
|
ESTABLE
(CONSTANTE)
|
HABILIDAD
INNATA
|
DIFICULTAD
DE LA TAREA
|
INESTABLE
(VARIABLE)
|
ESFUERZO
|
SUERTE
|
Las presiones
soportadas por los deportistas de alta competición son
considerables, estas actúan sobre las características de cada
deportista. Se ha de reparar en que los sujetos están actuando al
límite de sus exigencias, y es ahí donde pueden aparecer el estrés
y la ansiedad (Linares, 2001).
Existen diferencias
entre la ansiedad y el estrés que puede padecer un deportista fruto
de la presión a la que se ve sometido en los entrenamientos o
durante la competición. Landers y Arent (2001), citados por Dosil
(2004), especifican las diferencias a partir de la dirección de la
conducta, según la cual la ansiedad se relaciona con aspectos
negativos y el estrés puede ser tanto positivo como negativo.
Aparecen la ansiedad y el estrés negativo cuando el nivel de
activación es alto; sin embargo, dicha situación no ha de darse
obligatoriamente ya que un deportista puede ser capaz de dominarse en
situaciones de alta activación, no mostrando ni ansiedad ni estrés.
Varios factores o
situaciones de incremento de presión para los deportistas
- Importancia del evento: a mayor relevancia mayor probabilidad de estrés.
- Inminencia del evento: es conveniente mostrar al deportista el momento oportuno para pensar en la competición.
- Incertidumbre: el desconocimiento del resultado puede derivar en presión para el deportista, la incertidumbre crea una sensación de falta de control que suele tener decrementos en el rendimiento.
- Amenaza de fracaso: las autoevaluaciones pueden ayudar al deportista a centrarse en lo que tiene que hacer, disminuyendo la influencia externa y aumentando el control sobre su rendimiento.
- Situaciones novedosas: para solventar dichas situaciones se ha de trabajar la autoconfianza del deportista, siendo esta alta, el sujeto tendrá la sensación de que se puede enfrentar exitosamente a cualquier situación, aunque esta sea novedosa o entrañe dificultad.
- Experiencias frustrantes: referidas a situaciones pasadas negativas. El sorteo de dichas situaciones radica en la capacidad de centrarse en lo que ha de realizarse. Este control mental es necesario en modalidades donde se compite cada poco tiempo y es perentorio la recuperación del deportista.
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