miércoles, 24 de julio de 2019

CRITERIOS PSICOLÓGICOS EN LA SELECCIÓN DE DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL




La selección de deportistas de alto nivel radica en la demostración competencial del deportista de habilidades psicológicas adecuadamente aplicadas.
El psicólogo del deporte estudiará las distintas variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, aplicando instrumentos y herramientas psicológicas que arrojen datos susceptibles de ser analizados.

Cada variable ha de ser analizada tanto individual como colectivamente con el objeto de determinar el grado y tipo de intervención que ha de programarse.

Ha de evaluarse el componente motivacional para conocer el tipo de motivación, su grado de intensidad durante las tareas deportivas, su dirección, en definitiva, hacia qué meta va dirigido el esfuerzo, su persistencia en el esfuerzo para la consecución de la meta.

Motivación: es un proceso psicofisiológico responsable de la necesidad o el deseo, que dinamiza la conducta dirigiéndola hacia una meta.

También, habrá que analizar la autoconfianza, lo que nos permitirá conocer el grado de certeza que posee el deportista de lograr el éxito, se considera a esta variable como predictora del rendimiento.

Además, la atención – concentración del deportista, comprobando el grado de ajuste de interacción con el entorno deportivo. Atendiendo al proceso de concentración.

Otra variable sería el control emocional, analizando si controla el enfado, el miedo, los imprevistos o adversidades mientras afronta los entrenamientos o la competición, o ambos.

El control de activación, sobre todo precompetitivamente, con el fin de determinar la necesidad de la ayuda psicológica.

La capacidad de esfuerzo del deportista para afrontar los entrenamientos y la competición, reparando en su actitud y en su capacidad de volición.

Todas estas variables psicológicas una vez evaluadas permiten identificar y seleccionar a deportistas de alto nivel en virtud de sus habilidades psicológicas.



1 Poder aprender (estabilidad emocional y entorno facilitador)

Las cualidades extraordinarias para asimilar aprendizajes deportivos albergadas por un deportista de alto nivel, implican a las psicológicas que pueden ser aprendidas, entrenadas, mejorarlas y mantenerlas.
Los deportistas de alto nivel disponen de requisitos físicos y psicológicos necesarios para alcanzar un rendimiento extraordinario. Sin embargo, la estabilidad emocional ha de ser cuidada, ya que fluctúa en el tiempo según los acontecimientos vitales soportados por el deportista.
Además, se necesita un entorno facilitador del potencial deportivo.

En definitiva, para poder aprender es necesario estabilidad emocional y un entorno, inmediato, facilitador o no perjudicial del rendimiento.

2 Querer aprender (claridad de objetivos y compromiso con el programa de entrenamiento)

Segundo escalón de la pirámide según Pep Marí.
La claridad en el establecimiento de objetivos supone una herramienta útil a la hora de decidir por parte del deportista si quiere o no quiere asumir el reto de trabajar duramente en la consecución de unos objetivos y comprometerse con el programa de entrenamiento para poder lograrlo.

Muchos deportistas jóvenes no acceden al alto nivel por su complacencia con lo que que ya saben hacer, no adquiriendo ningún compromiso, ni esfuerzo, ni atención en trabajar para mejorar o aprender nuevas habilidades.

El desarrollo de compromiso con el programa de entrenamiento es un deber sobre el que incidir en los deportistas permeables al aprendizaje y la mejora.
Por otro lado, el uso de estrategias de adherencia al entrenamiento y compromiso suelen ser útiles en el caso de aquellos cuyo grado de compromiso es bajo.

Para ser mejor cada día, hay que querer serlo, marcarse objetivos diarios, relevantes y específicos, centrándose en alcanzarlos, asumiendo el mayor compromiso permite serlo. Esto supone, sin embargo, estar muy seguro de que lo que se quiere alcanzar ha de hacerse por uno mismo, aunque no exista garantía de éxito.

Orlik (2009): “la excelencia en cualquier campo depende en gran medida de saber a dónde quieres ir (tener una visión), querer llegar allí (asumir un compromiso), creer en tu capacidad para llegar al destino (creer en tu capacidad: autoconfianza), y fundirte y ser uno con el paso que tienen que dar (estar completamente centrado y entregado)”. “Acepta consejos, haz preguntas, escucha, admite errores y corrígelos sin excusas, y demuestra que sigues queriendo aprender”.

2 CRITERIOS PSICOLÓGICOS EN LA SELECCIÓN DE DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL

La selección de deportistas de alto nivel radica en la demostración competencial del deportista de habilidades psicológicas adecuadamente aplicadas.
El psicólogo del deporte estudiará las distintas variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, aplicando instrumentos y herramientas psicológicas que arrojen datos susceptibles de ser analizados.

Cada variable ha de ser analizada tanto individual como colectivamente con el objeto de determinar el grado y tipo de intervención que ha de programarse.

Ha de evaluarse el componente motivacional para conocer el tipo de motivación, su grado de intensidad durante las tareas deportivas, su dirección, en definitiva, hacia qué meta va dirigido el esfuerzo, su persistencia en el esfuerzo para la consecución de la meta.

Motivación: es un proceso psicofisiológico responsable de la necesidad o el deseo, que dinamiza la conducta dirigiéndola hacia una meta.

También, habrá que analizar la autoconfianza, lo que nos permitirá conocer el grado de certeza que posee el deportista de lograr el éxito, se considera a esta variable como predictora del rendimiento.

Además, la atención – concentración del deportista, comprobando el grado de ajuste de interacción con el entorno deportivo. Atendiendo al proceso de concentración.

Otra variable sería el control emocional, analizando si controla el enfado, el miedo, los imprevistos o adversidades mientras afronta los entrenamientos o la competición, o ambos.

El control de activación, sobre todo precompetitivamente, con el fin de determinar la necesidad de la ayuda psicológica.

La capacidad de esfuerzo del deportista para afrontar los entrenamientos y la competición, reparando en su actitud y en su capacidad de volición.

Todas estas variables psicológicas una vez evaluadas permiten identificar y seleccionar a deportistas de alto nivel en virtud de sus habilidades psicológicas.



1 Poder aprender (estabilidad emocional y entorno facilitador)

Las cualidades extraordinarias para asimilar aprendizajes deportivos albergadas por un deportista de alto nivel, implican a las psicológicas que pueden ser aprendidas, entrenadas, mejorarlas y mantenerlas.
Los deportistas de alto nivel disponen de requisitos físicos y psicológicos necesarios para alcanzar un rendimiento extraordinario. Sin embargo, la estabilidad emocional ha de ser cuidada, ya que fluctúa en el tiempo según los acontecimientos vitales soportados por el deportista.
Además, se necesita un entorno facilitador del potencial deportivo.

En definitiva, para poder aprender es necesario estabilidad emocional y un entorno, inmediato, facilitador o no perjudicial del rendimiento.

2 Querer aprender (claridad de objetivos y compromiso con el programa de entrenamiento)

Segundo escalón de la pirámide según Pep Marí.
La claridad en el establecimiento de objetivos supone una herramienta útil a la hora de decidir por parte del deportista si quiere o no quiere asumir el reto de trabajar duramente en la consecución de unos objetivos y comprometerse con el programa de entrenamiento para poder lograrlo.

Muchos deportistas jóvenes no acceden al alto nivel por su complacencia con lo que que ya saben hacer, no adquiriendo ningún compromiso, ni esfuerzo, ni atención en trabajar para mejorar o aprender nuevas habilidades.

El desarrollo de compromiso con el programa de entrenamiento es un deber sobre el que incidir en los deportistas permeables al aprendizaje y la mejora.
Por otro lado, el uso de estrategias de adherencia al entrenamiento y compromiso suelen ser útiles en el caso de aquellos cuyo grado de compromiso es bajo.

Para ser mejor cada día, hay que querer serlo, marcarse objetivos diarios, relevantes y específicos, centrándose en alcanzarlos, asumiendo el mayor compromiso permite serlo. Esto supone, sin embargo, estar muy seguro de que lo que se quiere alcanzar ha de hacerse por uno mismo, aunque no exista garantía de éxito.

Orlik (2009): “la excelencia en cualquier campo depende en gran medida de saber a dónde quieres ir (tener una visión), querer llegar allí (asumir un compromiso), creer en tu capacidad para llegar al destino (creer en tu capacidad: autoconfianza), y fundirte y ser uno con el paso que tienen que dar (estar completamente centrado y entregado)”. “Acepta consejos, haz preguntas, escucha, admite errores y corrígelos sin excusas, y demuestra que sigues queriendo aprender”.

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