El funcionamiento
psicológico de un deportista puede influir tanto positiva como
negativamente en el funcionamiento físico, técnico, táctico y
estratégico, habrá que prestar atención a controlarlo en la
dirección adecuada para optimizar el rendimiento deportivo (Buceta).
- Estabilización del estado de ánimo de los deportistas.
La actividad
realizada por el deportista durante la competición se ve afectada
por su estado de ánimo habitualmente.
Las emociones, sentimientos y el afecto son variables que inciden sobre el esfuerzo a realizar y su valoración.
Las emociones, sentimientos y el afecto son variables que inciden sobre el esfuerzo a realizar y su valoración.
Un estado anímico
resistente o la capacidad de estabilizarlo, ya sea en los
entrenamientos o durante la competición, está caracterizado por un
sentimiento de compromiso hacia sí y el trabajo, por una percepción
de control ambiental, además de una tendencia a acercarse a los
cambios con una actitud de desafío. Según Rich y Rich (1987), las
personas de este tipo son capaces de prevenir o reducir la incidencia
del “burnout”.
Es por ello que poseer un estado de ánimo resistente o ser capaz de estabilizarlo se caracteriza por un sentimiento de compromiso hacia sí mismo y el trabajo, por una percepción de control del ambiente, así como, una tendencia a acercarse a los cambios con una actitud de desafío antes que de amenaza.
Es por ello que poseer un estado de ánimo resistente o ser capaz de estabilizarlo se caracteriza por un sentimiento de compromiso hacia sí mismo y el trabajo, por una percepción de control del ambiente, así como, una tendencia a acercarse a los cambios con una actitud de desafío antes que de amenaza.
Los cambios y fluctuaciones del estado de ánimo se producen durante una misma competición afectando a la tolerancia psicológica, provocando determinadas consecuencias en el rendimiento.
Existe un
cuestionario denominado POMS para la valoración del perfil de
estados de ánimo, utilizado para identificar los efectos
psicológicos del entrenamiento y de la propia competición, cuando
se aplica periódicamente permite establecer una relación entre el
estado de ánimo y la situación en la que se encuentra el
deportista. (Barrios, 2002).
- Mantenimiento de la motivación a lo largo de la temporada.
La comprensión de
la la importancia de la motivación durante la carrera deportiva nos
invita a conocer los tipos de motivación existentes y cuáles
facilitan el mantenimiento de la actividad deportiva.
Motivación básica:
aquella base estable de la motivación, determina el compromiso con
el deporte.
Motivación
cotidiana: aquella que se refiere al interés de la actividad en sí
misma, relacionada con el rendimiento personal cotidiano.
Motivación
intrínseca: aquella referida al deportista motivado desde sí mismo,
mediante su propia determinación.
Motivación
extrínseca: aquella referida a la que proviene de refuerzos externos
necesarios para el mantenimiento de la práctica deportiva.
Motivación
orientada al ego: aquella cuyo origen viene de la competencia con
otros deportistas, donde el resultado es muy influyente.
Motivación a la
tarea: aquella que depende más de impresiones subjetivas de dominio
y progreso personal.
En definitiva, hay
cierto tipo de motivación, como la orientada al ego, al resultado o
extrínseca que pueden resultar perjudiciales, debido a que el
deportista atribuye a elementos externos, fuera de su control, un
valor superior en el mantenimiento. Este tipo de motivación suele
ser preponderante en las etapas iniciales.
Sin embargo, para
que el deportista se mantenga es necesario un equilibrio entre la
motivación intrínseca y la tarea con la extrínseca, siendo la
primera la hegemónica en situaciones de dificultad para la
continuidad del deportista.
- Facilitación del aprendizaje de las habilidades propias de la modalidad deportiva.
El aprendizaje de
una habilidad puede verse facilitado cuando se den una serie de
circunstancias, a saber:
- Se considera necesario enriquecer significativamente las posibilidades de rendimiento del deportista.
- La capacidad por parte del deportista de la asimilación del nuevo contenido.
- La adecuación del momento junto con la prioridad respecto a otros contenidos de entrenamiento.
- La viabilidad del aprendizaje entendida esta como la disposición de los recursos y los costes del nuevo aprendizaje.
- El entrenador está preparado para afrontar ese cometido.
Señalar el hecho
que no solo se trata de aprender una nueva habilidad, sino que se
pueden tratar del perfeccionamiento o abandono de habilidades o
conductas que se estiman no son beneficiosas para el desarrollo o
mejora del deportista.
- Estabilización del rendimiento bajo presión.
Habitualmente, los
momentos en los que aparecen una mayor presión son los que anteceden
a la competición, surgiendo incrementos de niveles de estrés y
ansiedad.
Tanto el estrés como la ansiedad pueden tener manifestaciones físicas, comportamentales o psicológicas, dilucidar si estas últimas afectan al rendimiento supone una dificultad añadida.
Es valioso enseñar al deportista a conocer su cuerpo para percibir si la presión afecta a su nivel de activación, si a esto unimos la identificación y clasificación de las fuentes de estrés permitirá una mejor prevención, redundando en una estabilización del rendimiento.
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